Verdad.
Ilusos los que te nombran justa desnuda
Que yo por creer ciegamente en ti,
sólo me has traído amargura
Es tu amor desconsolado
quien me cierra la puerta hoy.
Vas soltando así mi mano.
Con ansias de nueva vida...
¡Y tu no estás a mi lado!
Ruge tormenta en voz,
Por tus venas circula el odio y el rencor.
Tu mirada afilada condena mi error.
Tus ojos acusan el mal de mi traición.
Mis súplicas se arrodillan
Y arrastradas se devastan en el suelo
Reclamando tu perdón.
Susurro del aire, fugaz y veloz,
Pues tan solo bastó un respiro,
Para convertir lo infinito en suspiro.
Eternos besos,
Que dieron forma a nuestro amor,
Se apagan y se funden sólo en uno,
Se recogen en la firma del adiós.
Triste y desolada,
mi barco esperanzado choca contra tu frío corazón.
Mis ojos se nublan en las aguas de tu mar
donde mi corazón naufraga.
No te alejes, no destruyas tu creación.
Sin tu esencia, mi existencia fallece.
Sólo quiero seguir siendo
lo que he sido hasta ahora.
Y no quiero ser
Lo que un día fui sin ti.
Dueña de tus heridas,
remueves mis entrañas.
Es el peso de mis lágrimas
el que difuminando está mi alma.
Y si bien dicen que el tiempo todo lo cura,
¿Cómo borrar aquellos recuerdos?
Donde fue ese mismo tiempo el que dejó de vernos,
Alejándolo todo, en eterno silencio.
Te vas.
El perfecto idilio
Queda así en el olvido.
Y aunque tu camines,
Sin tú saberlo, ni yo quererlo
Mi corazón... siempre caminará contigo.
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